El torbellino susurro
-DÉJATE IR-
soltó su mano
deslizándola suavemente
de la hiel que palpaba
alboroto sus ideas
remonto vuelo el Quetzal
enjaulado por neuronas
arraso todo a su paso
la gris sepia se diluía
con la ráfaga
mudo de piel
su sangre tiño de cían
ondulo el camino
lo vistió de verde
sacudió el polvo
retozos
de siglos
cambio las rectas por cuerpos
dejándose ir.
1 comentario:
:) lindo!
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