La elocuente realidad enmudeció
“el caos”
colapso la sien.
La lengua ansiosa buscaba
eso que complaciera
la satisfacción que llenara
los impulsos contrarrestados.
El tiempo empezó a transcurrir
detrás del el
-YO-
en pie
deseando quedar de orillas.
Los cuervos consumieran las entrañas
que desde adentro se precipitan.
Pronto
todo terminara
solo resta esperar
-Seguir-
aun cuando las fuerzas desvanecen.
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