El se apodero de los dos, nos encerró con su magia y nos doblego el juicio mientras dejaba que muestras mentes se ausentaran de la realidad y nos alejo poco a poco del exterior, encerrándonos cada vez más sin posibilidades, ni manera alguna de escapar.
No dejo testigos a no ser la luna, que nos resguardo la entrada; mientras la noche caía a nuestras espaldas el sol sonrojado se ocultaba en el horizonte fingiendo no ver nada.
Nos otorgo el silencio, ya que nosotros no éramos capaces de hablar, no había tiempo para pensar, los instintos eran lo único que poseíamos y que nos pertenecía.
Dejo que el mundo se perdiera, mientras nosotros nos perdimos entre ese mar de caricias que se volvían irresistibles a nuestros cuerpos, caricias inocentes de carácter dulce e intenciones macabras.
Nos ofreció el silencio que sin perseguir queríamos, y conseguimos escuchar el latir de nuestros corazones unificándose y de fondo nuestro respirar entre cortado que los nervios permitían interrumpían.
El espacio no era lo mas importante nos bastaba con el estar ahí donde nadie nos molestara, conseguimos olvidar lo que ya no nos importaba, solo importando los dos, las paredes guardan en secreto lo que llego a pasar.
No esperábamos nada, solo dejamos que todo pasara. Procuramos dejar de primero a nuestro amor, nos entregamos sin mayor dificultad a esta noche eterna e inolvidable donde no solo los besos sobraban también la pasión, el amor, y esa inocencia innata que nos llevo…
No dejo testigos a no ser la luna, que nos resguardo la entrada; mientras la noche caía a nuestras espaldas el sol sonrojado se ocultaba en el horizonte fingiendo no ver nada.
Nos otorgo el silencio, ya que nosotros no éramos capaces de hablar, no había tiempo para pensar, los instintos eran lo único que poseíamos y que nos pertenecía.
Dejo que el mundo se perdiera, mientras nosotros nos perdimos entre ese mar de caricias que se volvían irresistibles a nuestros cuerpos, caricias inocentes de carácter dulce e intenciones macabras.
Nos ofreció el silencio que sin perseguir queríamos, y conseguimos escuchar el latir de nuestros corazones unificándose y de fondo nuestro respirar entre cortado que los nervios permitían interrumpían.
El espacio no era lo mas importante nos bastaba con el estar ahí donde nadie nos molestara, conseguimos olvidar lo que ya no nos importaba, solo importando los dos, las paredes guardan en secreto lo que llego a pasar.
No esperábamos nada, solo dejamos que todo pasara. Procuramos dejar de primero a nuestro amor, nos entregamos sin mayor dificultad a esta noche eterna e inolvidable donde no solo los besos sobraban también la pasión, el amor, y esa inocencia innata que nos llevo…
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