Se despierta la mañana
con los gritos de la tierra bañada
en lágrimas de sangre
que de sus ojos brota
con el anhelo dejen de caer,
los que la rodean no la oyen,
solo siguen igual,
sin tomarle importancia
a la vida o a la muerte,
a lo dulce o a lo amargo,
a la fe o la desesperanza;
sin saber como inicio
sin hallar su fin.
Grita mas y mas fuerte
y se vuelve una tortura,
una desgracia,
nadie sabe que pasa
porque se lamenta
se siente herida sin razón,
para mas los pobres sufren al verla sufrir
a los ricos les de igual
porque ni lo sentirán, ni escucharan los gritos,
que mas que gritos es una plegaria
para que cese y no vuelva mas.
Al final podremos saber que se siente ser libre
de nuestro martirio y desgracia.
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